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kaguya

Libertinaje de prensa

Decía mi abuelo que a menudo la libertad degenera en libertinaje. También decía que la libertad de cada uno termina donde empieza la de los demás. En general, mi abuelo era un hombre muy sabio y razonable, quizá porque vivió durante los años de la Segunda República y se empapó tan bien del espíritu de aquella época que ya nunca pudo desprenderse de él.

 

Ahora las cosas son distintas. Después de que nuestra constitución haya cumplido los veintiséis años, los españoles y las españolas nos hemos acostumbrado al saborcillo de la libertad, y, como niños glotones y egoístas, cada vez pedimos un poco más para nosotros, aunque los demás se queden sin nada.

 

Por lo menos esta vez no nos quedará complejo de ir retrasados respecto a Europa: los distinguidos europeos, expertos en la libertad y los derechos del pueblo se han vuelto tan glotones como nosotros.

 

Así, después de que la fe de millones de personas se haya visto insultada, periodistas de todos los países europeos cierran filas entorno a los suyos esgrimiendo la libertad de prensa como una excusa para decir todo lo que les venga en gana. No importa el derecho a la dignidad de los demás, ni es necesario respetar los credos ajenos, pero eso sí, mi derecho a rebuznar lo primero que a mi se me pase por la cabeza, es inalienable.

 

Creo que es el momento para reflexionar acerca del espíritu de libertad de prensa, que, a mi modo de ver, no es otra cosa que el derecho a informar y opinar sobre cualquier tema, y desde cualquier punto de vista, sin que venga ningún señor armado con unas tijeras y te recorte las ideas. La libertad de prensa no conlleva el derecho a mentir abiertamente sobre temas de actualidad (como hacen muchos dentro del panorama periodístico nacional), ni a burlarse de nadie, ni a insultar a nadie. Eso es libertinaje de prensa, además de una barbaridad.

 

Para muestra un botón: si alguien hubiese hecho caricaturas de Cristo haciéndole un cunnilingus a María Magdalena ¿Qué habría pasado? ¿Cuánta gente no se habría echado a la calle para protestar? ¿Cuántas cabezas no habrían rodado dentro del periodismo danés? Pero claro, no es lo mismo burlarse de Cristo, que después de todo era el hijo de Dios, que reírse del profeta musulmán, que es una religión falsa y sin ningún fundamento. Porque nosotros somos nosotros, y ellos son ellos.

 

Y por si alguien se lo está preguntando… no, no estoy de acuerdo con la reacción que han tenido los musulmanes. Quemar banderas y embajadas no es manera de mostrar la indignación, y menos cuando, tanto el autor de las caricaturas como el director del periódico que las publicó han pedido disculpas. No obstante me temo que los fieles musulmanes están siendo manipulados por sus líderes religiosos, y eso… es tema para otro post.

Nacionalismo Radikal …y III: Nazionalismo.

            No creo haber sido la única persona que se ha dado cuenta de que las palabras “Nazismo” y “Nacionalismo” son muy parecidas, y que dicho parecido no sólo radica en la distribución de las letras, sino que el significado de ambas palabras también resulta similar.

            Resulta que el llamado “Partido Nazi”, en realidad era el Partido Nacional Socialista. O sea, que, al menos nominalmente, eran nacionalistas y socialistas, igual que Ezquerra Republicana de Catalunya, aunque estos últimos con el agravante de que, encima, son republicanos, lo que significa que existe el peligro de que cualquier día Carod-Rovira se corone así mismo emperador de los países catalanes. Ya hay antecedentes de esto, y si no, recuerden a Napoleón.

            Y es que, no se si alguien se habrá dado cuenta, pero a mi todo este asunto de la reforma del Estatuto Catalán me huele a chamusquina desde que el otro día que, escuchando a Artur Mas, A Pasqual Maragall y a Carod-Rovira, tuve una experiencia extrasensorial, que consistió en lo siguiente: mientras que oía unas palabras, mi mente entendía otras distintas.

            Así, mientras ellos hablaban de prosperidad y derechos para el pueblo catalán, lo que yo escuchaba, a despecho de mi sentido del oído (por eso digo que fue “extrasensorial”), era que estaban deseando empezar a jodernos a todos por igual, catalanes y no catalanes, con la sana y nada censurable intención de hacerse de oro a costa de todos nosotros, y muy especialmente, de sus votantes catalanes.

            ¿De verdad hay alguna alma cándida que piensa que de este estatuto puede salir algo bueno? Porque a mi se me ocurren un montón de posibilidades de futuro, y todas ellas son deprimentes… para los ciudadanos de Cataluña.

            Se me ocurre, por ejemplo, que el gobierno catalán puede empezar a dar ventajas fiscales a las grandes empresas a costa de subir los impuestos de la PYMES y las familias, convirtiendo a los trabajadores en bestias de tiro que sólo sirven para trabajar, y para pagar (claro que esa es la tónica general en Europa entera, aunque de eso hablaré otro día). O que el gobierno catalán empiece a darse más y más poder a sí mismo, con la complicidad de un gobierno español que necesita los votos catalanes en el congreso, y sin la existencia de un tribunal supremo, o constitucional que pueda frenarlos (recordemos que Cataluña NO tiene carta magna, y que si en Estatuto fuese aprobado tal y como está ahora, los tribunales quedarían en manos del gobierno).

            Algunos se consuelan pensando que, si llegasen a darse este tipo de circunstancias, en las siguientes elecciones no tendrían más que votar a otros. Pero… seamos serios… si tres de los cuatro partidos más importantes en Cataluña están metidos en el ajo del Estatut, y el otro es el PP ¿Qué alternativa de voto existe? ¿El partido de Rita la Cantaora?

            Señoras y señores de Cataluña: ándense listos, porque me parece que se la quieren dar con queso, a ustedes y a nosotros, los de fuera. Si realmente quieren ser independientes, exijan la independencia, y si no, exijan a su gobierno que respete las reglas del juego que hay en España. No se conformen con medias tintas ni apaños raros que no contentan a nadie.

            O lo que es lo mismo: si ustedes desean que su gobierno les joda, me parece muy bien, de verdad. Pero, por favor, intenten que la jodienda no nos pille a los demás, que bastante tenemos con lo nuestro.

Nacionalismo Radikal II: Visca el estatut

No soy una experta en leyes, pero en mi modesta opinión el nuevo estatuto de autonomía catalán es el peor que se podía haber redactado desde el gobierno de Cataluña. Es que no hay por donde cogerlo.

Desde el punto de una persona no nacionalista, hay varias cosas que resultan una pasada. Por ejemplo, que la generalitat se empeñe en recoger sus propios impuestos, para luego distribuirlos a su gusto, eso si, siempre sin olvidarse de pagar los servicios que el Estado les da, como pueden ser el ejercito, o las aduanas, y sin dejar de donar una cantidad de lo recaudado al gobierno central en concepto de “solidaridad”. Lo que no dicen es si tienen previsto extorsionar a las familias catalanas con unos impuestos mas altos que un jugador de baloncesto, si van a pagar los servicios del Estado por lo que valen, o por lo que ellos creen que valen, y que margen van a dejar para los pobres (Andalucía, Extremadura, Galicia…). ¿Quizá un 0,7%?

Otra cosa interesante es que ellos mismos se encargarían de decidir que inmigrantes se regularizan en Cataluña. Ellos dirían como, cuando, cuantos, y con que condiciones. A esto no le veo ningún sentido, excepto quizá el de que los inmigrantes ilegales que no se ajustasen a su conveniencia pudiesen ser expulsados fuera de Cataluña para que el gobierno Central (o sea, todos los que no somos Cataluña), apechugase con los gastos que ocasionasen (de repatriación, de fronteras en el sur del mediterráneo…).

Para mi lo mas grave es que el tribunal de ultima instancia sería el tribunal supremo de Cataluña, con lo cual la comunidad autónoma (o nación, o como se quieran llamar a si mismos) podría interpretar las leyes a su gusto y sentar sus propios precedentes, de manera que, lo que es delito, por ejemplo, en Pamplona, podría no serlo en Mataró.

Esto de los tribunales, además, tiene otra lectura más grave, y esque supondría la ruptura de una de las principales bases de la democracia, que según me enseñaron en la escuela, es la separación de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial. Y esque, si el poder legislativo puede dictar ciertas leyes que le de poder a si mismo para hacer lo que quiera con el poder judicial y fragmentarlo tanto como desee ¿Qué impedirá que se creen leyes que permitan establecer, por ejemplo, un tribunal supremos para ricos y otro para pobres? O un tribunal para “cristianos viejos”, otro para “moros” y otro para “conversos”, o cualquier otro disparate similar que en este momento a mi no se me ocurra y a los políticos si.

Por supuesto, toda esta autonomía se lograría sin perder ni un ápice de poder sobre el gobierno central. Los diputados catalanes en el congreso español seguirían votando todas las propuestas que hiciese el gobierno, aunque no les afectasen. Es decir, que primero administrarian sus propios fondos, y luego nos echarían una mano con nuestros Presupuestos Generales del Estado. Que tendrían sus propias normas sobre inmigración, y después votarían las de los demás. Y así con todas las nuevas competencias que se quiere dar a si mismo el gobierno catalán.

Nacionalismo Radikal I: Nacionalismo catalán.

A menudo me gusta decir, medio en broma, medio en serio, que yo soy nacionalista. Nacionalista catalana, y, además, de las radicales.

Normalmente, quizá porque soy andaluza, esta afirmación causa sorpresa entre quienes me escuchan y requiere una explicación, que es la siguiente: resulta que, desde hace algún tiempo, me dedico a ser opositora (es decir, que hago como que estudio, pero en realidad no hago nada), y no me puedo quitar de la cabeza que los catalanes – y los valencianos, mallorquines, vascos y gallegos – pueden venir a examinarse a Andalucía sin problemas, mientras que yo no puedo ir a sus CC.AA. ya que allí, para los que somos de fuera, tienen preparada una fiesta de bienvenida en forma de prueba de idioma - de idioma catalán, valenciano, mallorquín, vasco o gallego, según corresponda -.

Mi postura como nacionalista es clara: dado que ellos son tan diferentes del resto de los españoles, con idioma y cultura propios, y en vista de que parece que, además, tampoco nos tienen demasiado cariño a nosotros (o al menos no lo suficiente como para darnos la oportunidad de ser funcionarios de allí)… pues que se independicen. A mi siempre me ha parecido que es bastante feo retener a alguien por la fuerza en un lugar en el que no desea estar, y además, como suele decirse, a enemigo que huye, puente de plata.

Curiosamente esta postura mía no parece gustarle a nadie, y a menudo, al confesar mis tendencias nacionalistas sólo consigo que la gente se enfade conmigo. Los que no son nacionalistas se molestan porque en su opinión es importante mantener la unidad de España a toda costa, aunque para ello tengamos que soportar que nos den por culo día si y día también. Su punto de vista y el mío son completamente distintos, y es lógico que no estemos de acuerdo, e incluso que se lleguen a mosquear por mi manera de ver las cosas.

Lo que aun no he conseguido entender es por que los que sí son nacionalistas también se cabrean conmigo cuando hablo de mis ideales nacionalistas y de mis esperanza de que algún día Cataluña llegue a ser un país independiente de España.

Según dice mi madre – y las madres suelen llevar razón en casi todo -. El problema es que es muy bonito decir: “nos queremos ir de España porque este país es una mierda, y la nación catalana mola mucho más”, pero que cuando alguien te dice que llevas razón, y que a enemigo que huye, puente de plata, la cosa ya no tiene tanta gracia. Es la diferencia entre marcharse de un sitio o que te echen.

Y a nadie le gusta que le echen de ninguna parte, ya sea del garito más cutre y sucio del pueblo, o del estado Español…

5 mentiras sobre la familia

1) El modelo natural de familia es el de un hombre y una mujer casados, con varios hijos.

Esta mentira, como suele ocurrir, se cimenta sobre otra, igualmente antigua, pero mucho más sutil: desde la revolución industrial, en la sociedad occidental se ha estado asociando la figura de la mujer con “lo natural”, mientras que la del hombre se liga con “lo artificial”. Se concibe a hombres y mujeres, no como iguales, sino como complementarios el uno de la otra, y por tanto, existe la creencia generalizada de que el matrimonio “natural” sólo puede estar formado dos personas de sexos distintos.

No obstante, a lo largo de la geografía y la historia mundiales, han existido muchos otros tipos, sino de matrimonios, sí de familias. Es sabido que en la Grecia clásica, la homosexualidad entre los varones era una tendencia generalizada, hasta el punto de que las leyes obligaban a los hombres a tomar esposas para reproducirse. También se sabe que en la época actual, las leyes musulmanas permiten que un hombre contraiga matrimonio con varias mujeres (poliginia), siempre que pueda mantenerlas a todas.

Algo más exótica nos resulta la costumbre de algunas regiones chinas, en las que una mujer se casa con varios hermanos (poliandria) y es esposa de todos ellos: Sin embargo, es igualmente ilustrativa respecto a lo que quiero decir.

Sin ir más lejos, la sociedad occidental, avanza hacia un modelo de familia en el que las uniones matrimoniales tienden a estar limitadas en el tiempo, debido a lo cual, un solo hijo puede tener varios padres y madres “adoptivos” a lo largo de su infancia, sin perder por ello el contacto con los biológicos.

Podemos concluir, por tanto, que no existe un modelo “natural” de familia, pues si esto fuera así, se trataría de un comportamiento generalizado para toda la especie humana en cualquier lugar y tiempo.

2)Sólo puede ser considerada como “matrimonio” la unión entre un hombre y una mujer.

A mi me gustaría ir un poco más lejos. Sólo puede ser considerada matrimonio “la unión entre un hombre y una mujer que haya sido bendecida por Dios y por la Iglesia a través del sagrado sacramento del idem”. Y así obtenemos la definición exacta para las personas católicas.

Para los que no somos católicos, en cambio, es posible encontrar una definición de matrimonio no cortada según patrones sexistas y de discriminación según el género de ambos contrayentes. En lugar de “hombre y mujer” digamos “dos personas”. Y a ver quien es el guapo, o la guapa, que se atreve a decir que una mujer y un hombre no son dos personas.

Aun voy más lejos. Aceptaría como matrimonio “la unión de personas”, sin especificar el número. Después de todo, si hay tres personas que desean casarse y fundar una familia ¿Quién soy yo para decirles que su modo de ver la vida no es el adecuado? Total, no hacen daño a nadie ¿verdad? ¡Viva el amor libre!

3)El hecho de que las uniones homosexuales sean legales y se llamen matrimonio, perjudica a los matrimonios heterosexuales.

O, lo que es lo mismo: el que los maricones y las bolleras puedan casarse en las mismas condiciones que la gente decente, es un insulto para los honorables heterosexuales, que se están viendo colocados en el mismo saco que esos asquerosos pervertidos.

Bien, el hecho de que las personas homosexuales puedan casarse, no implica que sea obligatorio ser gay o lesbiana para contraer matrimonio. Todos aquellos heterosexuales que lo deseen podrán continuar celebrando bodas como hasta ahora. Sobre lo otro (me refiero a eso de que llamar a “esa unión contra natura matrimonio rebaja el valor del propio matrimonio como institución”), no me parece necesario hacer ningún comentario más.

4)Para que la educación de un niño sea completa, debe tener modelos de referencia paternos y maternos.

Casi dan ganas de decir: “¿y las niñas no los necesitan? ¿Es que son mas listas y nacen con los modelos ya incluidos en su código genético?”. Pero esa no es la cuestión.

Yo no soy psicóloga, ni psiquiatra, ni pedagoga, ni tampoco demasiado lista. Pero tengo amigas y amigos que perdieron a su padre o a su madre a edades muy tempranas, y que han crecido con sólo la figura paterna, o solo la materna, y sin embargo, han llegado a ser adultos normales, y nada confusos. También conozco a personas homosexuales, que se han criado en familias heterosexuales, y al llegar a la edad adulta, tampoco se sienten extraños: saben perfectamente lo que quieren.

Una vez más, el problema de fondo es sólo el problema del género. En nuestra sociedad occidental, hay ciertos comportamientos que se asocian a mujeres y niñas, y otros que se asocian a hombres y niños, y existe la creencia de que esos comportamientos no son aprendidos, sino que su origen radica en la naturaleza misma del sexo de las personas. Las mujeres tienes que ser siempre femeninas, los hombres, tienen que ser siempre masculinos, y todo lo que se desvíe de ahí es una “rareza” o una “enfermedad”.

Es por ellos que, en ciertos sectores de la sociedad, existe el miedo de que, si una niña o un niño no se crían en hogares “heterosexuales”, es posible que se vuelvan “raros” o “enfermos”, y comiencen a actuar en contra de sus propias “naturalezas” masculinas o femeninas.

Tengo dos buenas noticias para estas personas: por una parte, los niños y las niñas, siempre tendrán modelos masculinos y femeninos a su alrededor: en la escuela, los abuelos y las abuelas, los vecinos, en la televisión… La segunda buena noticia es que los géneros no van asociados al sexo, sino que son comportamientos que se aprenden por imitación desde el principio de la vida, por tanto, si una niña sale con el carácter un poquito fuerte (marimacho), o un niño resulta ser un poco demasiado sensible (afeminado), no tienen por qué preocuparse. Ni son raros, ni están enfermos: simplemente son y se comportan como a ellos les gusta ser.

5)Los hijos adoptivos de matrimonios homosexuales, serán ridiculizados por sus compañeros en la escuela.

Es posible que esto ocurra al principio, aunque hoy en día, las personas homosexuales empiezan a estar bien integradas en la sociedad y se les considera como “desviados” cada vez menos (no digo que hayamos llegado a la total igualdad y aceptación ¿eh?), así que también podría no darse el caso.

De cualquier manera, cualquier niña o niño, adoptado o adoptada, siempre será diferente de la mayoría de sus compañeros o compañeras, que probablemente serán hijos biológicos de sus padres legales. Y si no se meten con ellos por eso, lo harán porque llevan gafas, porque son gordos, porque son delgados, porque son bajitos o altos, o por tener las orejas grandes.

La solución a tanta humillación, por tanto, no pasa por impedir que hayan padres y madres homosexuales, sino por educar mejor a los niños, para que aprendan a aceptar las diferencias de los demás.

El significado de un no.

“Francia dice “no” a la constitución europea”. Este sería más o menos el título que debería llevar este post, pero como eso ya lo van a decir los periódicos o la televisión, yo diré otra cosa.

Voy a hablar de lo que significa un “no” y lo que significa un “sí”, así que pongamos la música de Barrio Sésamo, porque esto es bastante sencillo a la par que importante.

Decimos “sí” cuando estamos de acuerdo con algo, cuando lo deseamos, cuando estamos dispuestos a hacerlo, y también cuando creemos que algo es cierto. Decimos “no” en el caso contrario. Llegaré más lejos: a veces, incluso, es posible que alguien diga “no lo se”, “me lo tengo que pensar”, “no me importa” o “no me interesa”.

En algunas ocasiones nos encontraremos con personas que son incapaces de decir “no”, y responden siempre “sí”, aun sin quererlo. Esto suele deberse sobretodo a una falta de asertividad y a un deseo de agradar a los demás incluso por encima del propio bienestar. Sin embargo, y sólo por esta vez, ignoraremos las excepciones y nos centraremos en la regla.

Así explicado, parece bastante obvio ¿verdad? Pues a ver si alguien es capaz de explicárselo a los periodistas y a los políticos, que, al parecer, se perdieron ese capítulo de Barrio Sésamo.

Cuando en España la respuesta al referéndum fue “sí”, todos los “entendidos” se lanzaron a interpretar que los españoles estábamos apoyando con nuestro voto la construcción de Europa, y que estábamos haciendo un gesto cargado de simbolismo a favor de no se que sarta de sandeces que los periodistas repetían sin parar, como si se las hubiesen aprendido de carrerilla, al estilo “tabla de multiplicar”.

Con el “no” francés, está pasando igual. Los franceses, en lugar de emitir votos en contra del texto de la constitución europea, han hecho un elegante gesto de crítica contra la política liberalista de Europa.

Vamos a ver: ¿soy la única que se da cuenta de que se puede estar a favor de que exista una constitución europea, pero que eso no implica que haya que estar de acuerdo con cualquier texto que se proponga? Es posible que, desde el punto de vista de los expertos en la materia, el texto sea tan perfecto y maravilloso que no consideran necesario plantearse su contenido, sino la conveniencia de la existencia de una Constitución.

¿O quizá es que las ciudadanas y ciudadanos, mayores de edad y con derecho al voto, somos tan lerdos que se presupone que nadie ha leído el texto, y por tanto la respuesta al referéndum no va referida a la Constitución, sino a otras cuestiones externas a la misma, relacionadas tan sólo con una simbología filosófica y política de oscuro significado?

Aunque sospecho que, en realidad, lo que pasa es que aceptar sin más las cosas obvias no vende demasiado, ni da tema para llenar las páginas de los periódicos ni los minutos de las tertulias televisivas. Es necesario hacer alguna interpretación, aunque sea estúpida y no venga a cuento… y, para no sentirse como una persona inútil y miserable que vive de comentar sandeces sin cesar, es necesario creerse las tonterías que tu trabajo te obliga a decir, aunque no tengan ni pies ni cabeza.

Y nosotros y nosotras, la gente llana, poco versada en la mayoría de las materias, debemos estar muy pendientes para que esta corriente de majaderías no nos arroye y arrastre nuestro buen criterio. No lo olvidemos: contestar “si” o “no” a una pregunta sencilla no da derecho a políticos y periodistas a poner en nuestra boca la misma respuesta para cualquier otra cuestión que a ellos se les ocurra que puede estar remotamente relacionada con la primera. Que no nos hagan perder el norte.

¿Pero como es esto posible?

El fin de semana pasado, aprovechando el puente del uno de Mayo (que en mi caso, fue más bien un acueducto en el que se encadenaron varias festividades, y que se prolongó hasta el día cuatro), me fuí de camping con mi novio.

En la parcela que estaba junto a la nuestra acampó una pareja de novios que a primera vista nos parecieron la mar de normales, incluso muy "apañados". Ella una chica rubia, delgadita, muy guapa. Él moreno, alto, fuerte... menos guapo, pero tampoco estaba mal.

Desde el primer momento en que terminaron de montar la tienda empezaron a discutir, aunque más bien se podría decir que la pelea iba en una sola dirección: de él hacia ella. Creo que en los tres días que estuvieron acampados junto a nosotros, él la llamó "imbecil" por lo menos 15 veces, y "gilipollas" unas 30 o así. Ella a él le dijo que le quería otras tantas veces.

Y no lo entiendo, la verdad.

He leido mucha teoría sobre el maltrato físico y psicológico dentro de la pareja (no diré violencia de género), y se que los malos tratos no empiezan de un día para otro, sino que el maltratador va minando poco a poco la autoestima de la víctima, separándola de su familia y amigos y aislándola en general de todo lo que le rodea. Sin embargo, no me cabe en la cabeza que una persona sea capaz de aguantar lo que aquella chica aguanta, y de decir lo que ella decía.

A cada cosa que ella hacía, él siempre respondía con un "apartate coño, que eres imbécil", o algo peor. En cierta ocasión, incluso fue ella misma la que le dijo: "Tienes razón, soy una inutil. Puedes pegarme si quieres".

Sin duda ella le quiere de verdad, pero... ¿como se puede querer a alguien que te trata de esa manera?. ¿Es por el miedo a la soledad? Quizá ella piensa que es tan mala, tan inutil, de tan mala condición que piensa que no merece que la quiera nadie y se agarra con fuerza a ese hombre que ella piensa que la ama "a su manera". Es posible que crea que no puede aspirar a nada mejor, pero también es posible que piense que él es el mejor hombre que hay sobre la faz de la tierra.

Ese "puedes pegarme si quieres" se me ha quedado grabado en la mente y no me lo puedo quitar de la cabeza. Me pregunto si hay alguna manera de ayudar a estas personas a descubrir que su relación de pareja es una trampa que poco a poco se cierra a su alrededor, que la persona a la que aman no se merece su amor, que pueden encontrar a alguien mejor, y que, en cualquier caso, más vale estar sola que mal acompañada.

No entiendo como es posible que pasen estas cosas.

Objeción de Conciencia

La objeción de conciencia empieza a convertirse en la excusa perfecta para no cumplir con las obligaciones que la ley impone a cada cual.

Yo puedo entender que un ginecólogo o una ginecóloga se niegue a practicar un aborto por razones de conciencia, si para él o ella ese aborto es equivalente a un asesinato (sí, es una forma muy simplista de verlo, pero no es el momento de entrar a reflexionar en profundidad sobre ese tema). También, en su momento, podía entender que hubiese hombres que se negasen a hacer la mili o el servicio social substitutorio por objeción de conciencia - eso de trabajar sin cobrar durante un año entero es pecado, seguro. Además, la mili era discriminatoria, pues sólo era obligatoria para los hombres -.

La Biblia dice: “no yacerá el hombre con el hombre” (de la mujer, gracias a Dios, no dice nada), así que es lógico que un cura cristiano se niegue a oficiar una ceremonia religiosa para casar a dos señores, pues dicho matrimonio va en contra de las reglas de esa religión. Eso no es objeción de conciencia, es cumplir las normas. La única solución es cambiar de religión.

No hay ninguna ley que diga que los homosexuales no se pueden casar por lo civil (o, más bien, no la habrá cuando se apruebe la ley que permita el matrimonio homosexual). Los homosexuales podrán, por tanto, hacer un contrato por el que formalizarán una relación de pareja que ya existía antes del matrimonio, y gracias al cual, obtendrán ciertas ventajas, como por ejemplo, la posibilidad de adoptar hijos, de cobrar una pensión de viudedad, de hacer la declaración de la renta conjunta… incluso podrán divorciarse, si quieren.

¿Qué clase de objeción de conciencia se puede alegar a la hora de negarse a casar a una pareja homosexual? Una persona católica, por ejemplo, podrá decir que su Iglesia no ve con buenos ojos ese tipo de uniones matrimoniales, pero esa persona sabe que un matrimonio que no se realiza por el ritual religioso no es un sacramento, y por tanto, a los ojos de su dios y de la Iglesia Católica, ni es matrimonio ni es nada.

Desde el punto de vista jurídico, no hay ninguna razón que impida que dos seres humanos que cumplan con los requisitos que marca la ley, firmen un contrato de matrimonio. Si la ley no dice que uno de esos requisitos es que los dos seres humanos sean de diferentes sexos… no veo donde está el problema.

A no ser que se sea una persona homófoba, a la que le moleste de una manera personal que las parejas de gays y lesbianas puedan disfrutar de los mismos derechos que las parejas hetero – ¡Donde vamos a llegar! Esos pervertidos tendrían que estar todos encerrados en la cárcel y recibiendo electroshock hasta que se volviesen normales -, no se me ocurre ninguna razón por la que alguien quiera negarse a realizar un matrimonio civil homosexual. Pero la homofobia no puede ser un motivo válido para alegar objeción de conciencia… ¿o si?

No se me olvida que el matrimonio homosexual implicará que las parejas de gays y lesbianas podrán adoptar, y que hay gente que opina que dos personas del mismo sexo no pueden ejercer la paternidad (o maternidad) tan bien como lo hacen las parejas mixtas. ¿De verdad funcionan tan bien las familias basadas en matrimonios heterosexuales como para defender este modelo a ultranza?. Y, ¿es el único modelo básico de familia en la actualidad?. Creo que es evidente que la respuesta para ambas preguntas es “no”.

Sin embargo, aun suponiendo que aceptamos la homofobia o el rechazo a la adopción de hijos por parte de familias homosexuales como razón válida para declarase objetor de conciencia, ¿es la objeción de conciencia un motivo válido para negarse a cumplir las obligaciones que impone la función pública?.

Según me dice mi amigo Alex – que a veces me hace de asesor legal online -, los y las ediles, al aceptar la alcaldía, aceptan también todas las responsabilidades que van asociadas la misma (faltaría mas ¿no?), aunque no acaba de estar claro hasta que punto casar por lo civil a la gente que lo solicite es una obligación del edil. Desde luego, las personas que quieren contraer matrimonio tienen derecho a hacerlo a través del ayuntamiento o de los juzgados… A primera vista, y desde el punto de vista de una persona que como yo, no tiene ni puta idea de derecho, la solución es sencilla: una alcaldesa o alcalde, objetora u objetor de conciencia, podría negarse a casar a una pareja homosexual, delegando la responsabilidad en otra persona, de manera que los derechos de los contrayentes no se vieran mermados. No parece mala idea.

El caso de los jueces es más peliagudo. El juez, como funcionario público, sí tiene la obligación de casar. ¿Es aceptable que se niegue a hacerlo alegando objeción de conciencia?.

En mi opinión, desde luego, no lo es. Si lo fuese, podría darse el caso de que los jueces se convirtiesen también en censores de matrimonios, teniendo potestad para decidir quien se casa con su pareja y quien no. Ya puedo imaginarme al juez diciendo: “Hija, este tío no te conviene. Mejor te buscas otro novio que sea banquero y gane muchos billetes, que este que tienes no te va a poder comprar el chalet con piscina”. Como si lo viera.

Por otra parte, quizá no estaría tan mal. Yo me negaría a pagar impuestos, por objeción de conciencia, y a trabajar los viernes, ya puestas… Pensándolo bien… olvida todo lo que he escrito hasta ahora. ¡¡¡Viva la objeción de conciencia!!!

Nota: Edito este post para aclarar que desde el punto de vista de Alex, los alcaldes tienen el mismo grado de responsabilidad que los jueces, y que están igualmente obligados a cumplir con las funciones de su cargo, por lo que todo lo dicho sobre los jueces, sería también aplicable para los ediles.

Hacia el matromonio homosexual.

El jueves el Congreso dió luz verde a la ley por la cual se permite el matrimonio homosexual. Ayer era la noticia del día.

Una vez que, gracias a Dios, parece que ya se retira la sofocante marea informativa sobre las aventuras y desventuras de los líderes del Vaticano, los periódicos vuelven a exhibir noticias de mi interés en sus portadas, y también entre sus páginas.

Sin embargo, parece que la curia se niega a desaparecer de las vidas de quienes no somos católicos así, sin más. Al parecer, a ellos les molesta que las parejas homosexuales se puedan casar civilmente, y también que adopten hijos... y yo todavía no entiendo muy bien por qué. Que haya una ley que permita las bodas homosexuales, no significa que ahora todas y todos nos tengamos que casar con personas de nuestro mismo sexo ¿no?.

Yo estoy muy contenta con esto, tanto que hasta he conseguido que algunas personas me tomen por lesbiana (nunca pensé que saldría del armario de esta manera). Y esque esta ley no solo significa un logro para los amantes del cumplimiento de las leyes en general (del artículo 14 de la constitución, por ejemplo), para los que pensamos que no se debe juzgar a nadie por las personas a las que mete cada cual en su vida (y en su cama), y para los homosexuales (que al fin y al cabo van a ser los principales afectados)... A mi lo que más me gusta esque es un corte de mangas que el estado español le ha hecho a la Iglesia Católica, que ultimamente anda muy crecida.

Todo esto me recuerda un poco al tema del divorcio. Cuando se aprovó la primera ley de divorcio, mucha gente se echaba las manos a la cabeza diciendo que eso era una barbaridad y que iba a romper la estructura de la familia como pilar básico de la sociedad, etc, etc...

Hoy en día, muchos de los que entonces protestaban se han divorciado ellos mismos. Lo que es peor, Iglesia tiene la figura de la nulidad matrimonial, que se distingue del divorcio en que los divorciados firman un papel diciendo que ya no quieren seguir casados, y los "anulados" firman un papel diciendo que nunca estuvieron casados, cosa que yo aun no he terminado de comprender.

Así que es posible que, en breve, la Iglesia se saque de la manga algún procedimiento que permita que, por ejemplo los curas se casen entre si. También es posible que en breve el nuevo papa Ratzinger Z decida excomulgar a Zapatero, a todos los diputados y senadores que votaron la ley, a los homosexuales casados por lo civil, a Rita la Cantora, a las gallinas, por promiscuas, y a los palomos cojos, por maricones.

Aprendiendo cual es nuestro lugar

Creo que ya sabemos todos que las mujeres presentan un indice de desempleo mayor que los hombres (por lo menos hasta la edad de los 45 años, momento en el que todas y todos nos volvemos tristemente iguales a efectos de no encontrar un puesto de trabajo). También sabemos todos (o la mayoría, pues aún se escucha a gente decir que esto no es cierto), que a igual puesto de trabajo las mujeres cobramos un 20% menos de sueldo.

Estos son hechos que quizá responden a una realidad influenciada por los hechos macroeconómicos, la globalización, la cultura, y vaya usted a saber que mas (quizá otro día podría hablar de ello, pero hoy no me apetece hacerlo).

El caso es que el otro día estaba en clase para prepararme las oposiciones, cuando mi preparador me pasó un supuesto de contabilidad de costes sobre una agencia de viajes. en dicho supuesto se incluían los sueldos de los trabajadores, y a mi me llamó la atención que el que más cobraba era un DEAT (Diplomado en Empresas y Actividades Turísticas) llamado Antonio. Luego le segúia una tal Eva, técnico superior en agencias de viajes, que realizaba un trabajo similar, pero que cobraba bastante menos. Por último otra chica llevaba la contabilidad y era la que menos cobraba de todos.

En aquel momento me llamó la atención que el que más cobraba y mayor titulación tenía en la agencia de viajes de mi supuesto era un varón. "Me estoy volviendo paranoica" pensé para mi. "Habrá sido casualidad, un sólo supuesto no significa nada, y, además, Antonio no hace el mismo trabajo que Eva, ya que tienen titulaciones diferentes". Así que, dejando el asunto de lado, me dediqué a hacer el ejercicio.

Tres semanas después ha llegado otro supuesto de costes a mis manos, tambien con los sueldos especificados. En este caso el que mas cobraba era un tal Javier, especialista en congresos. No ponía la titulación, pero como máximo, debía ser DEAT, porque en turismo no hay titulación superior a esta. Le seguían Marta y Elena, ambas DEAT, que trbajaban en otros departamentos de la agencia y cobraban un millon de pesetas menos al año. Por detrás iba Juan, el contable, y luego le seguía Margarita, la auxiliar de contabilidad, que era la que menos cobraba.

Otra vez el que mas cobraba era un chico, y la que menos, una mujer. Eso ya son "dos de dos", o "tres de tres", según se mire, ya que dentro de los contables se vuleve a repetir el patron: varón jefe y mujer subalterna y con menor sueldo. Y en este caso, es indudable que Javier, Marta y Elena tenían el mismo puesto de trabajo: organizar viajes, solo que para distintos tipos de clientes.

Se me ocurrió comentarle esto a mi preparador, que, tras mirar al supuesto, a mi, al supuesto, y otra vez a mi, me dijo:

- Bueno... pero Javier es un especialista en congresos, será por eso.
- Pero en realidad, es el mismo puesto de trabajo ¿no? - respondí yo - Organizar eventos turísticos a la demanda.
- Sí, bueno... - dijo él que no veía demasiado la importancia de ese detalle, cuando la miga del ejercicio estaba en hayar los costes de la mano de obra asociada a cada departamenteo de la agencia -. Pero es un supuesto. "Su-pues-to". Es decir, que no es verdad. En realidad los datos no tienen mucha importancia, lo importante es el procedimiento en si. Además, ahí tienes a Juan el contable, que gana menos que las otras chicas...
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Le dije que tampoco hací el mismo trabajo, y luego terminé la conversación con un "bueno, vamos a lo que vamos". Sin embargo desde entonces, no me lo he podido quitar de la cabeza.

Realmente ¿me estoy volviendo paranoica y encuentro flagrantes señales de machismo detras de cada esquina? ¿le estoy dando mucha importancia a una cosa que no la tiene?.

En un sector profesional eminentemene femenino como es el turismo, el 90% de los altos directivos son hombres, mientras que el 80% de los trabajadotres que empiezan son mujeres.

En las aulas hay una gran mayoría de chicas (tambien 8 de cada 10, aproximadamente). ¿Que está pasando aquí? ¿Es posible que los profesores y profesoras de turismo, tanto en la FP como en la universidad estén enseñando de manera inconsciente a las chicas cual es su lugar?. Quizá, como si de una publicidad subliminal se tratase, tanto chicas como chicos están aprendiendo sin quererlo que lo "natural" es que a igual trabajo ellas cobren menos, y que en caso de haber posibilidades de promocionar dentro de una empresa, el varón tiene preferencia sobre la mujer.